martes, 23 de noviembre de 2021

Las casas de José Blanco.

Por herencia o construcción José Blanco tuvo tres casas y  tenía cuatro hijos así que partiendo una pudo dejarles una casa a cada uno de ellos. Bueno, quien realmente hizo la partición fue su mujer Guillerma Romero quien, al quedar viuda, se reservó la mitad de la casa de la calle real y  quiso que luego pasara a su único hijo, Teodoro. La otra mitad la heredó su hija Cristina, que al casarse con Luis Carazo, construyó un segundo piso. La casa de la plaza mayor la heredó su hija Julia y lo que es ahora la casa de los Rocha la recibió Mercedes (de ella y de su casa escribiré otro artículo). Cristina Blanco Romero tuvo cuatro hijos: Isidoro, María Magdalena (mi madre), Carmen y Luis. Y Carmen volvió a unir las dos mitades pues heredó una y compró la otra a los hijos de Teodoro. Por cierto, Teodoro se casó con Consuelo Ortega y tuvieron cinco hijos:  Sagrario, Maribel, Itziar, Javier y Milagros. Julia se casó con Julián Benito y también tuvieron cinco hijos pero uno murió con pocos años, José.  Siendo niño visité su piso de Barcelona, donde emigraron, y conocí a Eladio, Crescencio, Montse y sobre todo a Amparo, que, además de prima, era amiga de mi madre. También recuerdo la bodega de su casa en La Olmeda. Mi abuelo Luis no tenía bodega así que usaba la de su cuñada Julia; todavía lo recuerdo, cerillo en mano, bajando a llenar una jarra de vino, antes de la comida. Afortunadamente esa bodega aún existe. Los hijos de Julia y Julián vendieron la casa a los vecinos de al lado, Pauli y Emilio; y estos tiraron las ruinas, pero debajo del porche que hicieron conservaron la vieja bodega.

 

sábado, 11 de septiembre de 2021

Las casas de Félix (o del tío Blas).

 

Muchas casas de La Olmeda proceden de la división de una casa anterior, es lo que tienen las herencias. La casa de Félix es la penúltima del lado derecho de la calle real y ahora también lo es la anterior que ha comprado a los herederos de su prima Teresa. Aunque parecen muy distintas en el pasado fue una sola casa y de hecho siguen unidas por algunas vigas.


El abuelo paterno de Félix y Teresa se llamaba Blas Ortega y se casó con Dionisia Sanz, sus hijos se llamaban: Alejandro, Félix, Fernando, Felisa, Basilia y Cesárea. Como suele hacerse, a la hora de repartir la herencia, se hizo un sorteo y la casa les tocó a Alejandro y Fernando; pero este se la pasó a su hermano Félix. Este (el padre del Félix actual) elevó los tejados delanteros de su parte y la agrandó usando el pequeño patio que había delante. Como se puede ver en la imagen anterior, la parte que le llegó a Teresa (hija de Alejandro) aun conserva la altura inicial y parte del patio delantero (la otra se convirtió en cochera). 

Me cuenta Félix que conserva papeles de la casa de 1909, pero que cree que su padre ya nacio en ella, en 1905.

 

martes, 27 de octubre de 2020

Mi casa


 


Normalmente empiezo la historia de las casas desde el pasado, pero esta, obviamente, es especial para mí. Por cierto fue una de las primeras en perder un trozo de muro y por ese hueco entrábamos, siendo niños, Fidel, Emilio y yo, a cazar murciélagos. También era peculiar el muro que daba a la calle (ahora llamada rio sequillo), con un saliente al lado de la puerta de entrada. Por cierto esa es una de las pocas cosas que he podido conservar, la otra es la pila en la que hacían el vino y los muros de adobe que la rodean.  Me vendieron la casa, o más bien el terreno con los restos, Herminia y su hermano José; que la heredaron de su padre: Gregorio Berlanga. Y creo que él la recibió de su madre, Felisa Carazo. Aprovecho para completar el árbol genealógico de la familia. Felisa era la mujer de Martín Berlanga y este era uno de los hijos de Francisco y María, junto a  Julián,  Benito, y Faustino. Por cierto, dos hijos de Martín se casaron con dos hermanas Molina, Melquiades  se casó con Araceli y Gregorio (el  que fue propietario de la casa) con María.


 

 

lunes, 3 de agosto de 2020

La casa de Alberto.
Hace cuatro años le saqué a Alberto esta foto, justo en el lugar en el que estaba la casa en la que el nació. Esta semana Alberto cumpliría 89 años, sirvan estas letras de homenaje a mi tocayo, un hombre bueno.

Ya hemos hablado de él y de su padre, Clemente  Fernández, al hablar de la casa del pueblo. Cuento ahora lo que ocurrió anteriormente, cuando no existía la seguridad social. Disculpadme que no escriba muchos nombres propios pero no los tengo por seguros(*). Clemente tuvo una primera esposa, de apellido Berlanga con la que tuvo una hija, pero la mujer enfermó y él tuvo que empezar a vender sus tierras para pagar los medicamentos y la asistencia médica, aun así no consiguió salvarla. Volvió a casarse y volvió a ocurrir lo mismo, su segunda mujer también enfermó y murió, no sin antes obligarle a vender lo que le quedaba. También murió la hija nacida en el primer matrimonio y Clemente con sus hijos (Eugenia, Alberto y Flores) pasaron a vivir en la casa del pueblo.

La ventaja de las casas de adobe es que apenas dejan huella cuando se hunden, se retiran las tejas y la madera y apenas se nota que allí hubo una casa. Es lo que ocurre en el solar de la plaza que aparece en la foto, es la zona que queda entre la casa de Emilio (“el maño”) y la calle que va en dirección a la casa de Domi. 
 
* No he podido confirmarlos con más personas, pero estos son los recuerdos de mi padre: la primera mujer de Clemente se llamaba Marcelina y su primera hija Carmen. La segunda fue Juana Villanueva.

domingo, 15 de diciembre de 2019

En el blog de Paloma Torrijos (Aprovecho para darle las gracias) hay un artículo muy completo sobre la institución medieval llamada "Las tres casas de La Olmeda":
http://palomatorrijos.blogspot.com/2018/03/las-tres-casas-de-la-olmeda-soria.html

lunes, 4 de septiembre de 2017



La casa del pueblo

La casa del pueblo (la del frontón).


Obviamente no es un local de la UGT, es la casa cuya pared oeste se usaba como juego de pelota ¿os acordáis de que a un metro del suelo, más o menos, había una cinta metálica?
Todavía se pueden ver los clavos que la sujetaban y una inscripción hecha la última vez que taparon agujeros.

No sé  en qué momento se construyó, pero igual que la compra encubierta y el arreglo de la casa que está justo al otro lado de la plaza (la escuela) y la casa del cura (que está en el lateral derecho, visto desde el frontón) seguramente los gastos y/o el trabajo corrieron a cargo de los vecinos.

En el año 1939 vivía en esa casa el vaquero (la persona que llevaba a pastar las vacas y mulos de los vecinos) y su familia.

No debía ser del pueblo pues nadie recuerda su nombre y el de sus hijos; pero Félix si se acuerda de la mujer, una señora llamada Modesta, cuando su madre, la señora Máxima, iba a darle a luz, no encontraron a la tía Valeriana que hacía habitualmente de comadrona,  así que entre la Sra. Modesta y la Sra. Servanda (mujer de Don Jerónimo) ayudaron a traerle al mundo.
En ese mismo año, 1939, murió la madre de Alberto; y su padre, Clemente, que había tenido que vender sus tierras, en algún momento posterior, pasó a ocupar el puesto de vaquero y  a vivir en la casa del pueblo con sus hijos.

Pero durante algún tiempo compartió la casa con un  “represaliado”. Después de la guerra civil un hombre llamado Félix vino de Madrid y estuvo trabajando en la Rasa, como tenía parientes en el pueblo, la familia Ruiz, debieron hacerle ese favor.

Y durante muchos años también usaron una habitación de la planta baja los mozos. Ese era su lugar de reunión.

jueves, 22 de diciembre de 2016